En el proceso de recuperación de las adicciones a sustancias se producen importantes cambios tanto a nivel cerebral como psicológico. En cuanto a la primera, se producen cambios neuroquímicos a nivel del sistema nervioso central. Estos cambios se traducen en un reajuste biológico que, a su vez, implica cambios que se manifiestan a través de signos y síntomas de índole física y psicológica.
Es crucial aplicar una terapia de recuperación temprana en la que se explique al paciente y a su familia o entorno directo en qué consisten cada una de las cuatro fases que enfrentará a lo largo de su proceso de recuperación.
- Fase de Retirada o Síndrome de Abstinencia: Esta fase inicia con el primer abandono del consumo de la sustancia y dura entre 1 y 2 semanas. Durante este tiempo, el paciente experimenta desintoxicación física, lo que suele provocar deseos intensos de consumir, depresión, ansiedad, baja energía, irritabilidad, insomnio, paranoia, problemas de memoria, entre otros. Estos signos y síntomas se deben al reajuste neuroquímico cerebral y es crucial que tanto el paciente como su familia comprendan su naturaleza temporal.
- Fase de Abstinencia Temprana o «Luna de Miel»: Esta etapa, que dura de 4 a 6 semanas, se caracteriza por un estado de bienestar o euforia en el paciente al pensar que sus problemas con la sustancia están resueltos. Sin embargo, puede llevar a un exceso de confianza y riesgos como la exposición a disparadores externos o el consumo de otras sustancias. Es vital que los pacientes y sus familias reconozcan esta fase y se preparen para enfrentar los desafíos que presenta.
- Fase de Abstinencia Prolongada o «Fase del Muro»: Esta fase, temida por muchos pacientes, puede durar entre 3 y 4 meses. Se caracteriza por un descenso en el nivel de energía y la manifestación de emociones como apatía, tristeza y en algunos casos, anhedonia. Los cambios en el estilo de vida, conflictos familiares y reaparición de deseos de consumo son comunes. Es esencial que tanto los pacientes como sus familias entiendan estos cambios como parte del proceso de recuperación y sepan que los síntomas remitirán con el tiempo.
- Fase de Adaptación y Resolución: Esta fase, que dura entre 4 y 6 meses, marca la superación de los síntomas físicos de abstinencia. Sin embargo, no indica el fin del proceso de recuperación. Su objetivo principal es mantener el estilo de vida adoptado durante la recuperación y aceptar que es un proceso continuo. Durante esta etapa, la estabilidad emocional aumenta y el paciente puede interesarse por actividades que disfrute e incorporarlas a su vida. Es fundamental que el paciente, con el apoyo de su red de apoyo y él mismo, desarrolle y mantenga un estilo de vida equilibrado.
En muchas ocasiones, tanto los pacientes como sus familias pueden beneficiarse de apoyo psicológico, ya sea mediante consultas presenciales o en línea con un experto en psicología. Es importante comprender que el proceso de recuperación es único para cada individuo y requiere tiempo, paciencia y compromiso.